Nombre científico: Lepidochelys olivacea
Autoridad taxonómica: Eschscholtz, 1829
Notas taxonómicas:
Sinónimos:
Phylum: Chordata
Clase: Reptilia
Orden: Testudines
Familia: Cheloniidae
Género: Lepidochelys
Categoría: En Peligro
Criterio: A2d
Nombres comunes:
guaraguá, batalí, maní, tortuga lora, golfina, tartaruga oliva, Olive Ridley, Tortue olivâtre
Descripción:
Es la más pequeña de las tortugas marinas (Pritchard y Trebbau 1984). Los adultos pueden alcanzar hasta 72 cm y en Venezuela se han registrado caparazones de más de 70 cm (Guada y Solé 2000, Pritchard y Mortimer 2000). Su peso oscila entre 35 y 50 kg (Pritchard y Mortimer 2000, Rueda-Almonacid et al. 2005b). Su caparazón redondeado es de color verde oliva o grisáceo (Marcovaldi 2001, Rueda-Almonacid et al. 2005b) y posee entre cinco y nueve pares de escudos laterales que pueden tener un conteo diferente a cada lado (Pritchard y Trebbau 1984, Guada y Solé 2000, Pritchard y Mortimer 2000, Marcovaldi 2001). Su cabeza es triangular, de unos 13 cm de ancho con dos pares de escamas prefrontales (Pritchard y Mortimer 2000). Una característica exclusiva de esta especie es la presencia de un poro en cada escudo inframarginal (Pritchard y Mortimer 2000, Marcovaldi 2001). Sus aletas son relativamente cortas en comparación con las de otras especies y tiene dos uñas en cada una, aunque en adultos a veces se pierde una (Pritchard 2007). Es carnívora y se alimenta de peces e invertebrados marinos pelágicos o bentónicos, como salpas, moluscos, crustáceos y erizos, entre otros (Pritchard y Trebbau 1984, Medina et al. 1987, Bjorndal 1997, Pritchard y Mortimer 2000, Marcovaldi 2001).
Distribución:
Se distribuye en todos los mares tropicales y subtropicales del mundo (Pritchard y Trebbau 1984, Marcovaldi 2001). En el Atlántico occidental, la anidación es escasa y está restringida a tres poblaciones importantes en Surinam, Guayana Francesa y Brasil; en el mar Caribe, incluyendo a Venezuela, no se ha confirmado el desove de esta especie (Pritchard y Trebbau 1984, Bjorndal 1997, Guada y Solé 2000, Pritchard 2007, Abreu-Grobois y Plotkin 2008, Wallace et al. 2010, Dow Piniak y Eckert 2011). La gran mayoría de los reportes de capturas incidentales se localizan en las Guayanas, Trinidad y Tobago, y Brasil y en menor proporción en el occidente de nuestro país y Colombia (Pritchard 1973, Pritchard 1976, Pritchard y Trebbau 1984, Villate 2010). En Venezuela se han capturado hembras provenientes de Surinam en los estados Sucre, Anzoátegui y Nueva Esparta y en aguas adyacentes a la isla La Tortuga, los archipiélagos Los Frailes y Los Testigos, así como también en el borde de la frontera con Colombia (Pritchard 1973, Pritchard 1976, Pritchard y Trebbau 1984, Villate 2010). Hacia el centro y occidente del país los registros son escasos en los estados Miranda, Falcón y Zulia (Pritchard 1973, Pritchard y Trebbau 1984, Medina et al. 1987, Guada 2000, Guada y Solé 2000, Gómez et al. 2002, Alió 2004, Balladares 2004, Rondón-Médicci y Guada 2005, Rincón 2011, Balladares 2004, Alió 2004, González M. 2013, González M. y Arismendi A. 2013, Sideregts et al. 1987, Aguilera y Acuña 1996, Parra Montes de Oca 2002, Montilla F. y Hernández 2005, Barrios-Garrido et al. 2009, H. Barrios-Garrido obs. pers.).
Situación:
A nivel global Lepidochelys olivacea se encuentra en la categoría Vulnerable (VU A2bd) (Abreu-Grobois y Plotkin 2008). Al no constatarse la anidación en Venezuela, se puede inferir la situación poblacional a partir de la Unidad Regional de Manejo (URM) del océano Atlántico occidental, a la cual pertenecen los individuos que se alimentan en aguas venezolanas (Abreu-Grobois y Plotkin 2008, Wallace et al. 2010), y donde las dos colonias anidadoras más importantes son las de Surinam-Guyana Francesa y Brasil (Abreu-Grobois y Plotkin 2008). Su tiempo generacional se ha estimado en 20 años (Abreu-Grobois y Plotkin 2008); siguiendo los criterios UICN (2012a), el análisis para Surinam, Guyana Francesa y Brasil indica entre -63 y 2% de disminución poblacional (Abreu-Grobois y Plotkin 2008, UICN 2012a), consistente con análisis previos (Buitrago B. 1987a, Kelle et al. 2005, da Silva et al. 2007, Frazier et al. 2007). Se cree que su captura incidental en la pesquería industrial de arrastre en Surinam y Guayana Francesa sea la principal causa de la disminución poblacional desde los años setenta (Frazier et al. 2007, Abreu-Grobois y Plotkin 2008), aunque las redes de ahorque y otros métodos de pesca también la afectan (Frazier et al. 2007). En Venezuela, Lepidochelys olivacea era la especie menos afectada por la pesquería de arrastre (Alió 2004) que cesó en 2009, pero es afectada por las pesquerías artesanales incidentales y dirigidas en una de sus áreas de mayor presencia: el golfo de Paria, la región nororiental y el golfo de Venezuela (Pritchard y Trebbau 1984, Buitrago B. 1987a, Guada 2000, Barrios-Garrido et al. 2010). La tendencia poblacional negativa en la URM, conjuntamente con el impacto de las pesquerías artesanales permite asignarle la categoría En Peligro (EN A2d).
Amenazas:
En la región del Atlántico occidental la principal causa de disminución ha sido la captura incidental en diversas pesquerías (Buitrago B. 1987a, Kelle et al. 2005, da Silva et al. 2007, Frazier et al. 2007, Abreu-Grobois y Plotkin 2008), que afectan a esta especie caracterizada por presentar hábitos tanto oceánicos como costeros (Marcovaldi 2001, Alió 2004). La pesca ocurre sobre todo frente a la costa de las Guayanas (Marcovaldi 2001) y se ha mencionado que en estos países la captura incidental es «el problema más grande aún no abordado en la conservación de las tortugas marinas» (Reichart y Fretey 1993). En Venezuela se han registrado capturas incidentales y varamientos en las pesquerías artesanales e industriales en la vertiente norte de la península de Paria, el golfo de Paria y en los estados Miranda y Falcón (Buitrago B. 1987a, Guada 2000, Gómez et al. 2002, Alió 2004, González M. 2013, González M. y Arismendi A. 2013). En el golfo de Venezuela se ha reportado la interacción de ejemplares con pesquerías artesanales, tanto en redes de pescadores indígenas, como en líneas de palangre (Barrios-Garrido et al. 2009, Wildermann y Barrios-Garrido 2012). El registro de capturas incidentales y varamientos la ubica sin avistamientos en 2008 hasta un máximo de dos observaciones cada año entre 2009 y 2013; en ese período, algunas de las tortugas vivas se liberaron y las áreas de captura son consistentes con las documentadas en los estados Zulia, Falcón, Sucre y Nueva Esparta (González M. 2013, González M. y Arismendi A. 2013, Balladares 2014). Una de las tortugas registradas en Sucre tenía en su cavidad oral una sustancia oleosa compatible con aceite o gasolina, con olor característico a derivados de hidrocarburos (Balladares 2014). En la isla de Margarita se ha reportado la presencia de fibropapilomas en esta especie (Guada y Solé 2000).
Conservación:
Al igual que las otras cuatro especies de tortugas marinas, Lepidochelys olivacea está protegida por la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES 2014), el Anexo II del Protocolo relativo a las áreas y flora y fauna silvestres especialmente protegidas en la Región del Gran Caribe (SPAW 1991) y la Convención interamericana para la protección y conservación de las tortugas marinas (CIT), entre otros (Babarro 2004). Desde 2009, la pesca de arrastre industrial en el país está prohibida (Venezuela 2008). Estudios interdisciplinarios en las zonas geográficas de mayor captura incidental, la región nororiental, incluyendo los golfos de Paria y de Venezuela, favorecerían la comprensión de su dinámica poblacional tanto a escala nacional, como regional. Es de gran importancia fomentar proyectos que desarrollen técnicas de mitigación de la captura incidental en las pesquerías artesanales y que acoplen un componente de sensibilización y concientización de los diferentes actores involucrados (Guada y Solé 2000, Barrios-Garrido y Montiel-Villalobos 2008). A este fin y considerando la CIT, la coordinación entre el Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas y el Instituto Socialista de la Pesca y Acuicultura (INSOPESCA), es absolutamente prioritaria, incluyendo además al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), a las universidades nacionales y a las instituciones conservacionistas. Casos aislados de varamientos en el estado Zulia han permitido identificar la presencia de patologías asociadas a las interacciones con las pesquerías (Barrios-Garrido et al. 2009, Rivero et al. 2009), de epibiontes (Delgado Ortega et al. 2009) y además, determinar hábitos alimenticios de esta especie en la región (Wildermann y Barrios-Garrido 2012). En fecha reciente se autorizó un centro de recuperación, rehabilitación y reinserción de fauna silvestre en el estado Zulia, el cual beneficiará a todas las especies presentes en el golfo de Venezuela (ONDB 2012).
Ilustrador: Ximenamaria Rausseo
Autores:
Héctor Barrios-Garrido, Natalie Wildermann, Hedelvy J. Guada, Joaquín Buitrago (†) y Clemente Balladares
Cita sugerida
Barrios-Garrido, H., Wildermann, N., Guada, H. J., Buitrago, J. y Balladares, C., (2015) Guaraguá, Lepidochelys olivacea, En: J.P. Rodríguez, A. García-Rawlins y F. Rojas-Suárez (eds.) Libro Rojo de la Fauna Venezolana. Cuarta edición. Provita y Fundación Empresas Polar, Caracas, Venezuela., Recuperado de: www.especiesamenazadas.org/taxon/chordata/reptilia/testudines/cheloniidae/lepidochelys/guaragua Jueves, 21/11/2024