Murciélago narigudo menor

Nombre científico: Lonchorhina fernandezi

Autoridad taxonómica: Ochoa e Ibañez, 1982

Notas taxonómicas:

Sinónimos:

Phylum: Chordata

Clase: Mammalia

Orden: Chiroptera

Familia: Phyllostomidae

Género: Lonchorhina

Categoría: En Peligro En Peligro

Criterio: B1ab(iii)c(iv)

Nombres comunes:

murciélago narigudo menor, murciélago de espada de Fernández, Fernández's sword­nosed bat

Descripción:

Es la especie de menor tamaño dentro del género, con un peso que varía entre 9,7 y 10 g, y una longitud cabeza-cola de 94 a 105 mm. La cola se extiende hasta el margen libre del uropatagio, con una longitud de 41 a 48 mm. Su pelaje es de pardo a negruzco, con la base oscura. El labio inferior posee dos protuberancias laterales y alargadas a la altura del mentón. La hoja nasal es extremadamente prolongada, alcanzando en su parte distal a la altura de las orejas; estas últimas son bastante desarrolladas (18-22 mm de largo) con respecto al tamaño corporal del animal y, junto con la hoja nasal, representan una adaptación evolutiva para la emisión y recepción de sonidos como estrategia para la captura de insectos posados en sustratos fijos. Aunque Lonchorhina orinocensis se le asemeja, puede ser claramente diferenciada de L. fernandezi por su morfología craneana, además por una serie de caracteres externos que incluyen: mayor tamaño corporal, orejas más largas y anchas con granulaciones en el borde anterior (liso en L. fernandezi), pelaje pardo canela con la base clara, primera falange del tercer dedo más alargada, y excrecencias en la base de la hoja nasal abultadas (filiformes en L. fernandezi) (Ochoa-G. e Ibáñez 1982, Linares 1987, Ochoa-G. y Sánchez H. 1988).

Distribución:

Lonchorhina fernandezi es conocida hasta ahora como endémica del territorio venezolano, con una distribución restringida al norte del estado Amazonas (cerca de Puerto Ayacucho) y el noroeste del estado Bolívar, en la zona de transición entre los Llanos y el Escudo Guayanés; sus registros actuales se limitan a individuos machos. De hábitos nocturnos, gregarios y cavernícolas, la especie ha sido hallada en ambientes de tierras bajas (90 m) dominados por sabanas arboladas con afloramientos rocosos, bosques de galería y morichales, donde se alimenta de insectos lepidópteros y coleópteros, así como de arácnidos. Sus refugios conocidos consisten en pequeñas cuevas y oquedades formadas entre lajas graníticas (Ochoa-G. e Ibáñez 1982, Linares 1987, Ochoa-G. y Sánchez H. 1988, Handley Jr. y Ochoa-G. 1997).

Situación:

La escasez y distribución restringida de esta especie sugieren que posee niveles poblacionales muy bajos o sus requerimientos ecológicos son muy particulares. De hecho su presencia se estima en una extensión limitada de 3.592,53 km2. Hasta ahora es conocida únicamente por 45 ejemplares machos (Ochoa-G. y Sánchez H. 1988), los cuales fueron hallados en zonas dedicadas a la ganadería y donde con cierta periodicidad se practican programas para el control de la rabia paralítica que implican la matanza de murciélagos por parte de personal poco entrenado en el reconocimiento taxonómico de murciélagos (J. Ochoa-G. obs. pers.); de hecho, L. fernandezi fue descubierta en una de estas campañas, mientras se aplicaban sustancias hemorrágicas a diferentes especies de quirópteros no hematófagos. La única colonia estudiada evidenció fluctuaciones temporales en su tamaño, con valores que variaron entre 60 y 130 individuos en el período que va de febrero de 1985 a marzo de 1986. Llama la atención que la especie no ha sido capturada en bosques, tal como ocurre con el resto de sus congéneres que llegan a ser intolerantes a la degradación o intervención de estos ecosistemas (Linares 1987). A nivel internacional, la especie está categorizada En Peligro (IUCN 2014).

Amenazas:

Se considera muy amenazada. Hay evidencias de matanzas indiscriminadas en sus refugios, principalmente por el control erróneo de sus poblaciones mediante el uso de sustancias anticoagulantes y la destrucción de sus colonias, al ser confundida con murciélagos hematófagos o vampiros. Por otra parte, sus tamaños poblacionales en apariencia bajos, así como la degradación y pérdida de sus hábitats, representan factores adicionales que incrementan su vulnerabilidad.

Conservación:

Hasta ahora no han sido diseñadas medidas para la protección de la especie y las dos localidades donde es conocida corresponden a tierras privadas que no forman parte de una figura que garantice su protección integral. Se propone el desarrollo de investigaciones básicas que permitan incrementar el conocimiento sobre el estatus poblacional y la distribución de este murciélago; de igual forma, es necesario iniciar programas educativos con la finalidad de eliminar las falsas creencias que atribuyen a Lonchorhina fernandezi hábitos hematófagos y se recomienda el entrenamiento adecuado del personal responsable de los programas destinados al control de vampiros.

Ilustrador: Astolfo Mata

Autores:

José Ochoa-G. y Daniel Lew

Cita sugerida

Ochoa-G., J. y Lew, D., (2015) Murciélago narigudo menor, Lonchorhina fernandezi, En: J.P. Rodríguez, A. García-Rawlins y F. Rojas-Suárez (eds.) Libro Rojo de la Fauna Venezolana. Cuarta edición. Provita y Fundación Empresas Polar, Caracas, Venezuela., Recuperado de: www.especiesamenazadas.org/taxon/chordata/mammalia/chiroptera/phyllostomidae/lonchorhina/murcielago-narigudo-menor Jueves, 21/11/2024