Nombre científico: Balaenoptera physalus
Autoridad taxonómica: Linnaeus, 1758
Notas taxonómicas:
Sinónimos:
Phylum: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Cetacea
Familia: Balaenopteridae
Género: Balaenoptera
Categoría: En Peligro
Criterio: A1bd
Nombres comunes:
ballena rorcual común, rorcual común, ballena, ballenato, ballena de aleta, ballena boba, Fin whale
Descripción:
Es la segunda ballena más grande del mundo, solo superada por la ballena azul (Balaenoptera musculus). La hembra puede alcanzar hasta 27 m de longitud y pesar entre 55 y 75 toneladas; el macho es más pequeño, con longitudes entre 21 y 23 m (Jefferson et al. 1994, Aguilar 2009). El dorso es grisáceo con parches más claros sobre la cabeza. Es usual que la parte ventral de aletas pectorales y caudal sean de color blanco. Presenta coloración asimétrica en la región mandibular, con una gran mancha blanca solo a la derecha de su mandíbula, nunca en el lado izquierdo (Jefferson et al. 1994, Aguilar 2009). De la barbilla al ombligo corren entre 50 y 100 pliegues gulares que durante la alimentación permiten mayor capacidad de la abertura oral. Alcanza velocidades de 35 km/h, aunque se han registrado récords de más de 60 km/h. Su principal alimento es el krill, aunque también consume otros crustáceos, peces y calamares (Jefferson et al. 1994, Aguilar 2009).
Distribución:
Su distribución abarca principalmente zonas polares, templadas y tropicales de los océanos de ambos hemisferios, de preferencia en aguas oceánicas (Jefferson et al. 1994, Aguilar 2009). En Venezuela se han registrado varamientos en la isla de Margarita y en los estados Falcón y Sucre, así como avistamientos en las cercanías del Parque Nacional Mochima (Lira et al. 1995, Naveira 1996, Swartz y Burks 2000, J. Bolaños-Jiménez, L. Bermúdez-Villapol y A. J. Villarroel-Marín obs. pers.).
Situación:
En Venezuela los registros de Balaenoptera physalus son muy escasos y no existen estimados sobre su tamaño poblacional. Siendo fundamentalmente migratoria, la ocurrencia de registros en agosto y marzo (Lira et al. 1995, Swartz y Burks 2000) podrían indicar la probable presencia en el Caribe venezolano de individuos provenientes del Hemisferio Norte y del Hemisferio Sur. Es una de las especies más afectadas por actividades balleneras, lo que ocasionó su disminución drástica. Se estima que durante las últimas tres generaciones (1929-2007), la población de rorcual común se ha reducido en un 70%, aunque algunas subpoblaciones podrían estar recuperándose (Reilly et al. 2013). Al igual que otros animales de gran tamaño, su tasa reproductiva es muy baja, por tanto, su velocidad de recuperación poblacional es lenta. En el ámbito global está clasificada En Peligro (Reilly et al. 2013).
Amenazas:
Las principales amenazas para Balaenoptera physalus son las capturas intencionales por flotas balleneras, muertes por enmallamiento en redes pesqueras y colisión con embarcaciones (Reilly et al. 2013). La ballena rorcual común es explotada en la actualidad con fines comerciales en Islandia, de «subsistencia aborigen» en Groenlandia y «científica» en Japón (Aguilar 2009, Reilly et al. 2013). Durante los doce años de vigencia del Programa de Investigación Jarpa II (por sus siglas en inglés Japanese Whale Research Program under Special Permit in the Antarctic), el gobierno japonés ha autorizado a su flota a capturarla en la Antártida, incluyendo el Santuario Antártico creado en 1938 por la Comisión Ballenera Internacional (CBI) para protegerlas (CBI 2013).
Conservación:
Balaenoptera physalus se encuentra incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES 2014), por lo que la comercialización de sus ejemplares y productos en el mundo está prohibido; también está presente en el Anexo II del Protocolo relativo a las áreas y flora y fauna silvestres especialmente protegidas en la Región del Gran Caribe (SPAW 1991). Desde 1985, es objeto de una moratoria en su caza a escala mundial, reglamentada por la CBI. Una importante medida de conservación fue tomada por la Corte Internacional de Justicia, mediante sentencia del 31 de marzo de 2014, en la cual dictamina que las autorizaciones expedidas por Japón para su Programa de Caza de Ballenas Jarpa II «no están en conformidad con la Convención internacional para la regulación de la caza de ballenas» (Corte Internacional de Justicia 2014). A la fecha, B. physalus es objeto de aprovechamiento responsable por medio del turismo de observación en Canadá, Estados Unidos, México, Francia, Gibraltar, Groenlandia, Irlanda, Italia, Islandia y Mónaco, entre otros (O'Connor et al. 2009). En el corto a mediano plazo, la posible aprobación por parte de la IWC de la propuesta de algunos países balleneros para la reanudación de la caza comercial (CBI 2005) representa una amenaza para los esfuerzos globales de conservación de la especie, así como para su uso no letal a través del ecoturismo. Bajo el marco del Protocolo SPAW, el Convenio de Cartagena, el gobierno de Francia y la Secretaría del Protocolo SPAW, con apoyo del gobierno de España y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), a través de la iniciativa Lifeweb (PNUMA 2015), se encuentran promoviendo un proyecto para el establecimiento de un corredor marino que incluya el norte de Brasil, Guyana Francesa, Surinam, Guyana, Venezuela, Aruba, Bonaire, Curazao y Colombia (Marine Mammal Conservation Corridor for Northern Sourth America, o Proyecto Mamacocosea) (Brichet et al. 2011). En Venezuela ha sido declarada oficialmente como Especie en Veda y en Peligro de Extinción (Venezuela 1996a, Venezuela 1996b). Durante los últimos años la inclusión de mamíferos marinos en los términos de referencia de los estudios de impacto ambiental relacionados con prospecciones sísmicas, ha proporcionado la oportunidad de evaluar el impacto de tales actividades sobre poblaciones naturales de cetáceos (Bolaños-Jiménez et al. 2004, Smultea et al. 2013). Los cetáceos se encuentran incluidos entre los principales «Objetos de Conservación» (OdC) relacionados con operaciones de gas y petróleo costa afuera en el Caribe venezolano (Klein 2008), mas no así para la Fachada Atlántica (Klein y Cárdenas 2011).
Ilustrador: Astolfo Mata
Autores:
Jaime Bolaños-Jiménez, Luis Bermúdez-Villapol y Auristela J. Villarroel-Marín
Cita sugerida
Bolaños-Jiménez, J., Bermúdez-Villapol, L. y Villarroel-Marín, A. J., (2015) Ballena rorcual común, Balaenoptera physalus, En: J.P. Rodríguez, A. García-Rawlins y F. Rojas-Suárez (eds.) Libro Rojo de la Fauna Venezolana. Cuarta edición. Provita y Fundación Empresas Polar, Caracas, Venezuela., Recuperado de: www.especiesamenazadas.org/taxon/chordata/mammalia/cetacea/balaenopteridae/balaenoptera/ballena-rorcual-comun Miércoles, 06/11/2024