Nombre científico: Thripophaga cherriei
Autoridad taxonómica: Berlepsch y Hartert, 1902
Notas taxonómicas:
Sinónimos:
Phylum: Chordata
Clase: Aves
Orden: Passeriformes
Familia: Furnariidae
Género: Thripophaga
Categoría: Vulnerable
Criterio: D1+2
Nombres comunes:
rabiblando del Orinoco, canastero del Orinoco, colasuave del Orinoco, Orinoco softtail
Descripción:
Ave de tamaño pequeño que mide entre unos 16 y 17 cm de longitud. Los colores de su plumaje son uniformes y crípticos. La parte dorsal es parda olivácea con tintes rojizos. Posee una línea estrecha de color crema sobre los ojos. Alas y cola son de color castaño rojizo, y en la parte superior de la garganta tiene una mancha conspicua de color anaranjado brillante. En el rostro destacan sus ojos de color rojo oscuro. Se le denomina «rabiblando» porque carece de las pequeñas espinas al final de la cola, lo que caracteriza a otras especies de la misma familia (Phelps Jr. y Meyer de Schauensee 1979, Hilty y Brown 1986, Collar et al. 1992, Restall et al. 2007, Remsen Jr. y Sharpe 2015a).
Distribución:
Thripophaga cherriei está restringida a una pequeña área del Alto Orinoco en la frontera de Venezuela y Colombia hasta hace muy poco considerada endémica de nuestro país. Su distribución se localiza en las selvas pluviales y desmontes aledaños a los caños Capuana y la Grulla, dos pequeños afluentes del río Orinoco en su parte alta, ubicado en el estado Amazonas (Phelps Jr. y Meyer de Schauensee 1979, Collar et al. 1992); en tiempo reciente se ha registrado al otro lado de la frontera, en Inírida, Guainía, Colombia (Remsen Jr. y Sharpe 2015a). La taxonomía de Thripophaga cherriei aún no es clara, y entre las otras tres especies conocidas del género se le considera cercana a T. macroura, de la costa sureste de Brasil, ambas emparentadas con el género Asthenes (Restall et al. 2007, Remsen Jr. y Sharpe 2015a).
Situación:
Se conoce muy poco sobre esta especie, por lo que resulta difícil determinar su situación actual. Su distribución conocida es en extremo pequeña, estimada en 10 km2 en Venezuela y pocas decenas de kilómetros cuadrados en total (Remsen Jr. y Sharpe 2015a), aunque es probable que sea algo mayor que la señalada (BirdLife International 2000, BirdLife International 2015). Por su distribución restringida y por sus registros escasos, es necesario considerarla entre las especies que requieren atención especial. Hasta 2006 solo se conocían algunos ejemplares colectados: uno en febrero de 1890, una pareja en febrero de 1899, entre 4 y 23 individuos registrados entre marzo y abril de 1970 (con informes pocos claros), una observación de tres ejemplares en 1999 y, finalmente, un reporte no confirmado de una pareja en 2002. A partir de 2006, una serie de expediciones ha logrado estudiar la especie en vida. En el ámbito global ha sido clasificada en la categoría Vulnerable (BirdLife International 2015).
Amenazas:
La agricultura itinerante (conucos) es una amenaza potencial, pero se desconoce si esa práctica está afectando a Thripophaga cherriei (BirdLife International 2000). La cercanía de Puerto Ayacucho, a 150 km al norte de la localidad tipo, y el principal centro de desarrollo de la Amazonía venezolana, podrían influir en el deterioro de las selvas ribereñas de las cuales la especie parece ser especialista (Collar et al. 1992). De igual forma, su distribución abarca a la Reserva Forestal del Sipapo, área que eventualmente podría estar sujeta a la extracción de madera (Restall et al. 2007). Otras especies relacionadas son bastante sensibles al deterioro, destrucción y fragmentación de los bosques (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003).
Conservación:
Su hábitat es parte de un Área de Importancia para la Conservación de las Aves (Lentino et al. 2005). Su distribución geográfica conocida se encuentra incluida en la Reserva Forestal del Sipapo, aunque es dudosa su efectividad en cuanto a la protección de los bosques ribereños. Se recomienda realizar un reconocimiento de campo apoyado en la grabación de sus vocalizaciones para la localización de sus poblaciones, sobre todo en la distribución conocida y en los ecosistemas similares cercanos al área. Futuras investigaciones deben dar prioridad a la estimación de tamaños poblacionales, la determinación de sus posibles amenazas y el estudio de sus requerimientos ecológicos. Si se demuestra que la especie está restringida a un área tan limitada, la protección de su hábitat de cualquier intervención sería de importancia suprema.
Ilustrador: Robin Restall
Autores:
Christopher J. Sharpe
Cita sugerida
Sharpe, C. J., (2015) Rabiblando del Orinoco, Thripophaga cherriei, En: J.P. Rodríguez, A. García-Rawlins y F. Rojas-Suárez (eds.) Libro Rojo de la Fauna Venezolana. Cuarta edición. Provita y Fundación Empresas Polar, Caracas, Venezuela., Recuperado de: www.especiesamenazadas.org/taxon/chordata/aves/passeriformes/furnariidae/thripophaga/rabiblando-del-orinoco Martes, 03/12/2024