Nombre científico: Odontophorus atrifrons
Autoridad taxonómica: Allen, 1900
Notas taxonómicas:
Sinónimos:
Phylum: Chordata
Clase: Aves
Orden: Galliformes
Familia: Odontophoridae
Género: Odontophorus
Categoría: Vulnerable
Criterio: A2cd; B1ab(iii,v)
Nombres comunes:
perdiz frentinegra, perdiz montañera, perdiz carinegra, corcovado carinegro, Black-fronted Wood-Quail
Descripción:
Perdiz de aspecto macizo y de tamaño mediano que mide entre 28 y 31 cm de longitud. La coloración de su cabeza es entre castaña y negra, incluyendo la parte anterior de la corona, los carrillos y la garganta. Se caracteriza por una máscara facial oscura alrededor de sus ojos con aspecto de antifaz. El plumaje del resto del cuerpo es pardo oliváceo salpicado con pequeñas manchas color arena pálido, siendo más oscuro y castaño en el dorso (Phelps Jr. y Meyer de Schauensee 1979, BirdLife International 2000, Restall et al. 2007).
Distribución:
Se trata de una especie casi endémica de Colombia, cuyas poblaciones corresponden a tres subespecies. Una de ellas es Odontophorus atrifrons atrifrons, localizada en la sierra Nevada de Santa Marta; una segunda, Odontophorus atrifrons variegatus, reportada en el extremo norte de la cordillera Oriental (Santander), sin registros recientes, y una tercera, Odontophorus atrifrons navai, restringida a la sierra de Perijá, localizada principalmente en el lado de Venezuela, pero que se extiende hasta Colombia. Habita el suelo de bosques húmedos y nublados entre 1.480 m (C. J. Sharpe obs. pers., febrero 2000) y 3.100 m de altitud (Phelps Jr. y Meyer de Schauensee 1979, BirdLife International 2000, Renjifo et al. 2002, Hilty 2003, Restall et al. 2007, Carroll et al. 2015).
Situación:
Odontophorus atrifrons es poco común y arisca en toda su distribución (Carroll et al. 2015). En Venezuela no se cuenta con información precisa ni datos concluyentes acerca de su tamaño poblacional, pero los indicios hacen suponer que en la actualidad podría encontrarse muy amenazada. Desconocida en vida hasta el año 2000, todavía existen muy pocos registros recientes en Venezuela (C. J. Sharpe obs. pers.). El riesgo aumenta por estar asociada a bosques nublados, por su distribución restringida y por ser poco tolerante a modificaciones de su hábitat natural. Su distribución ha permanecido constante en nuestro país, mientras que en Colombia, donde está señalada como Casi Amenazada (Renjifo et al. 2014), su situación en áreas deforestadas varía desde relativamente común a incierta, y se calcula que ha perdido cerca del 50% de su hábitat. En específico, se estima que el futuro de la especie sea dudoso en las serranías de San Lucas (Colombia) y de Perijá (Colombia y Venezuela) (Renjifo et al. 2002). A escala internacional se le clasifica como Vulnerable, considerando que está presente en una extensión menor que 20.000 km2 (BirdLife International 2015).
Amenazas:
Odontophorus atrifrons enfrenta una fuerte presión de cacería, sobre todo practicada por los pobladores locales con fines de subsistencia. La mayor parte de su hábitat ha sido alterado y se encuentra amenazado. En Colombia se reportan como principales amenazas la deforestación de los bosques de montaña y la conversión de las tierras para uso agropecuario, cultivos ilícitos e incendios (Renjifo et al. 2002). En Venezuela no se conoce con precisión la frecuencia, intensidad e impacto de las amenazas, pero ha de advertirse que la sierra de Perijá es señalada entre los ambientes con más problemas del norte de los Andes y se calcula que ello podría tener severas consecuencias sobre las especies que habitan estos bosques. Entre los severos peligros que enfrenta el hábitat de esta ave se incluyen la colonización no controlada, la ganadería y la minería asociada a la extracción de carbón, cobre, calizas, arcillas, fosfatos y barita. También dichas actividades están siendo facilitadas por la construcción de carreteras, a ambos lados de la frontera. En Venezuela desde hace más de una década se ha dado un proceso de colonización de la sierra de Perijá por parte de campesinos colombianos, quienes subsisten de la agricultura y la cacería. Algunas áreas de la región, como el cerro Tetari, permanecen en buen estado de conservación y con sus ecosistemas originales casi intactos. Hay casos, como cerro Pintado, donde solo se cuenta con remanentes de bosques en las laderas de la montaña (Renjifo et al. 2002, Rodríguez y Rojas-Suárez 2003, Rodríguez et al. 2004b, Freile y Santander 2005, IUCN 2014).
Conservación:
En Colombia su distribución abarca varias áreas protegidas, aunque se ha argumentado que estas figuras de protección no han sido del todo efectivas. En nuestro país se establece su veda indefinida en 1996 (Venezuela 1996a). El Parque Nacional Sierra de Perijá protege la mayor parte de la distribución de Odontophorus atrifrons en Venezuela, aunque la efectividad de esta medida no es muy alta debido a su inaccesibilidad, presencia de grupos irregulares, falta de presupuesto y de personal. La especie también ha sido reportada en la Zona Protectora San Rafael de Guasare, una figura de protección menos rígida y controlada que el parque nacional. Es necesario ampliar la información existente mediante estudios de campo que abarquen otras aves de la sierra de Perijá, una de las regiones prioritarias para la conservación de aves amenazadas del país, donde se reporta el mayor número de animales vulnerables y que está clasificada como Área de Importancia para la Conservación de las Aves (Rodríguez et al. 2004b, Freile y Santander 2005). Con base en estas investigaciones se recomienda proponer medidas de manejo y conservación.
Ilustrador: Robin Restall
Autores:
Christopher J. Sharpe y Miguel Lentino
Cita sugerida
Sharpe, C. J. y Lentino, M., (2015) Perdiz frentinegra, Odontophorus atrifrons, En: J.P. Rodríguez, A. García-Rawlins y F. Rojas-Suárez (eds.) Libro Rojo de la Fauna Venezolana. Cuarta edición. Provita y Fundación Empresas Polar, Caracas, Venezuela., Recuperado de: www.especiesamenazadas.org/taxon/chordata/aves/galliformes/odontophoridae/odontophorus/perdiz-frentinegra Domingo, 24/11/2024