Nombre científico: Atelopus mucubajiensis
Autoridad taxonómica: Rivero, 1974
Notas taxonómicas:
Sinónimos:
Phylum: Chordata
Clase: Amphibia
Orden: Anura
Familia: Bufonidae
Género: Atelopus
Categoría: En Peligro Crítico
Criterio: A2ace; B2ab(v)
Nombres comunes:
sapito amarillo de Mucubají, ranita amarilla de Mucubají, rana arlequín de Mucubají, Mucubaji harlequin frog, Mucubaji harlequin toad
Descripción:
Es un sapito de hábitos terrestres y diurnos. Se caracteriza por su coloración dorsal uniformemente amarilla, pardo amarillenta o amarillenta verdosa, con manchas irregulares parduzcas, a veces en forma de «X». La región ventral en la parte posterior es de color rojo sangre, mientras que la garganta y parte superior del vientre son amarillentos con manchas pardas. Sus patas y flancos son también ambarinos. Presenta una hilera de tubérculos dorsolaterales y otros dispersos sobre el dorso. De hocico no proyectado y patas posteriores cortas. Posee un dimorfismo sexual marcado, siendo los machos más pequeños (de 3,0 a 4,17 cm) que las hembras (de 3,99 a 4,4 cm) (Rivero 1972, Rivero 1976, La Marca 1992, Rueda-Almonacid et al.2005).
Distribución:
Especie endémica de Venezuela. Solo es conocida en la localidad tipo, cercana a la laguna de Mucubají y sus alrededores, en el Parque Nacional Sierra Nevada de la cordillera de Mérida. Esta distribución podría extenderse hasta el valle del río Santo Domingo, donde se obtuvo el último reporte de un individuo de este sapito. Habita en las márgenes de las quebradas, en áreas prístinas de subpáramo y páramo entre los 2.250 y 3.500 m de altitud, pudiéndose encontrar también en zonas intervenidas por cultivos (Rivero 1972, Rivero 1976, La Marca 1992, 1994c, Lötters 1996, Rueda-Almonacid et al. 2005a).
Situación:
De acuerdo con las publicaciones y registros de museo, la especie se consideraba muy abundante en la localidad tipo (Rivero 1972). Pero un estudio exhaustivo de más de 300 horas de muestreo realizado en 1990 solo arrojó la observación de un ejemplar de esta especie (La Marca y Reinthaler 1991). En otras exploraciones realizadas entre febrero y mayo de 1994, para un total de 51 horas de muestreo en localidades del Parque Nacional Sierra Nevada, donde la especie era históricamente profusa, únicamente se encontraron seis renacuajos y un macho muerto (Lötters 1996). A continuación no se logró ninguna nueva observación hasta octubre de 2004, fecha en la cual un lugareño capturó una hembra en el valle del río Santo Domingo, muy cerca de la carretera principal entre Barinas y Mérida, a una altura ya reportada para la especie, pero en un lugar altamente intervenido con construcciones humanas y cultivos de papas y otras hortalizas a no más de 50 m, y con fuerte presencia de truchas en el cercano río Santo Domingo (Barrio-Amorós 2004b). Se le considera En Peligro Crítico por parte de la Evaluación Global de los Anfibios y la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, tomando en cuenta que ocupa un área menor a 10 km2 (IUCN et al. 2006, La Marca et al. 2010d, IUCN 2014).
Amenazas:
Esta especie posiblemente fue afectada por el hongo quítrido Batrachochytrium dendrobatidis y cambios climáticos en la localidad tipo. De hecho, el último ejemplar conocido (una hembra en 2004), estaba infectado con quitridiomicosis. Todo el hábitat de la especie está fuertemente perturbado por la introducción de coníferas exóticas (Pinus spp.), la extracción de madera y quemas recurrentes, muy especialmente en la zona del subpáramo, ecosistema del cual solo quedan relictos en la región (Rueda-Almonacid et al. 2005a). En los cuerpos de agua que utiliza este sapito, como el río Santo Domingo y la laguna de Mucubají, están presentes varias especies de truchas exóticas (Salmo sp. y Oncorhynchus sp.) potencialmente depredadoras del anfibio y sus renacuajos (Rodríguez y Rojas-Suárez 2003). Con base en un estudio climatológico de la región efectuado entre 1969 y 1995, se encontró que el régimen biestacional local se apreció alterado durante varios años tendiendo hacia un régimen tetraestacional o sin patrón definido, especialmente en el lapso que va de 1984 a 1995, cuando se presentaron períodos consecutivos anormalmente secos, que llegaron a prolongarse por seis meses, lo cual se correlaciona con las disminuciones de Atelopus mucubajiensis, ya que los períodos de sequía extrema favorecen el contagio de enfermedades. Varios de los años secos estuvieron asociados al fenómeno de «El Niño». Estas variaciones climáticas y la sinergia con otros factores podrían ser los responsables de su declinación (Santiago-Paredes y La Marca 2006).
Conservación:
En el país fue declarada Especie en Peligro de Extinción por decreto N° 1486 (del 11 de septiembre de 1996) (Venezuela 1996b). Su área de distribución está protegida dentro del Parque Nacional Sierra Nevada, no obstante se requieren acciones directas para evitar su extinción. Específicamente, se recomienda monitorizar la zona de distribución y tratar de localizar más individuos, algunos de los cuales podrían ser utilizados para ensayos de cría en cautiverio. Dichas acciones se deberían realizar con la participación conjunta de científicos y lugareños, brindando orientación a los turistas y a otros usuarios que frecuentan el lugar (ver Atelopus cruciger) (IUCN et al. 2006, IUCN 2014).
Ilustrador: Ximenamaria Rausseo
Autores:
Enrique La Marca
Cita sugerida
La Marca, E., (2015) Sapito amarillo de Mucubají, Atelopus mucubajiensis, En: J.P. Rodríguez, A. García-Rawlins y F. Rojas-Suárez (eds.) Libro Rojo de la Fauna Venezolana. Cuarta edición. Provita y Fundación Empresas Polar, Caracas, Venezuela., Recuperado de: www.especiesamenazadas.org/taxon/chordata/amphibia/anura/bufonidae/atelopus/sapito-amarillo-de-mucubaji Jueves, 21/11/2024